En este artículo hablaremos sobre algunos tipos de cáncer y su relación con los alimentos que consumimos o que debemos consumir para evitarlos.
El cáncer de pulmón
Esta es la principal causa de muerte por cáncer en el mundo y el tabaquismo es la principal responsable. Hay pruebas convincentes de que las dietas ricas en frutas y verduras tienen un efecto protector contra el cáncer de pulmón. Se cree que los compuestos llamados carotenoides (presentes en cantidades significativas en las frutas y verduras), así como la vitamina E, son probablemente responsables de algunos de este efecto cuando se obtiene de los alimentos enteros. Si bien las frutas y verduras pueden ofrecer cierto grado de protección, no fumar es en primer lugar, el número uno para prevención.
El cáncer de mama
Este es el tipo más común de cáncer entre las mujeres en el mundo. Gran parte del riesgo de desarrollar cáncer de mama implica factores que influyen en los niveles de estrógeno durante la vida reproductiva de la mujer, tales como la edad de la menarca (primer período), la menopausia tardía, número de embarazos, tener el primer embarazo a una edad adulta tardía y las prácticas de lactancia materna. Las mujeres posmenopáusicas que tienen sobrepeso, especialmente del tipo androide (acumulación de grasa a nivel abdominal), tienen más de dos veces el riesgo de cáncer de mama. Las dietas ricas en grasas monoinsaturadas, rica en frutas y verduras puede reducir el riesgo, mientras que el consumo de alcohol y el de grasas saturadas aumenta el riesgo.
El cáncer de próstata
La soya y las semillas de girasol en particular pueden disminuir el riesgo, mientras que una dieta alta en grasa que comprende fuentes de grasa sobre todo de origen animal (como los productos lácteos, carnes grasas y comidas rápidas) puede aumentar el riesgo. El licopeno es un potente antioxidante presente en el tomate, productos a base de tomate, sandía y fresas también puede ayudar a reducir el riesgo de cáncer de próstata.
El cáncer de colon
Es el segundo cáncer más común en el mundo. Hasta el 70% de los casos se pueden prevenir siguiendo un estilo de vida saludable. Mantener un peso saludable, realizar actividad física y una dieta rica en verduras y fibra son protectores, mientras que el consumo de una gran cantidad de carnes rojas (especialmente la carne procesada) y el alcohol puede aumentar el riesgo.
